¡Hola mis amigues! ¿Cómo están? Espero que bien.
¿En que andan en estos días? Cuéntenme un poquito.
A pesar de que la discusión política cambio radicalmente a partir de que el presidente de la Nación realizó una estafa millonaria a través de Twitter, los padecimientos de la sociedad argentina siguen siendo los mismos que eran hasta el momento en el cual el libertario se reveló una vez más como lo que es: un verdadero engaño.
Mas allá del impacto mediático inicial del escándalo, no creo que la cosa se modifique radicalmente en el corto plazo. Con un sistema político desarticulado y un poder judicial que, abocado a la persecución de lo popular, perdió el hábito del ejercicio de la justicia; es probable que el presidente se salga con la suya. Por lo menos hasta que una nueva elección lo deje sin apoyo popular.
Lo novedoso de la situación fue la sensación de que la luna de miel del gobierno libertario con el sistema de medios terminó. El dispositivo libertario se vio movilizado para intentar salvar al presidente en un evidente papelón. El escandalo sacó de la pasividad a cierto sector de los militantes libertarios, que les bastaba con un apoyo tácito y silencioso y tuvieron que salir a decidirse entre su conducción actual y la anterior.
Hay gente en este país que, por interés, por convicción, por ignorancia o por miedo aún apoyan a este gobierno. Poco registro quedará de ellos en la historia y, al igual que sucedió en otras oportunidades, nadie se hará cargo de haber participado de esta farsa.
Algunos miramos incrédulos a nuestro alrededor sorprendidos de cómo se naturalizan cosas cada vez más extremas. Otros, comienzan a diferenciarse del presidente que han elegido, se desmarcan de la irresponsabilidad cívica que cometieron y se preguntan: ¿Cómo llegamos hasta acá?
Aunque se hable poco, creo que la pandemia fue un factor determinante que aceleró muchos procesos que estaban subyacentes y posibilito el ascenso de la ultraderecha. A la vez, el gobierno llegó al poder con la determinación de destruir al Estado. Sobre todo, sus estructuras de contención social. La consecuencia, en términos económicos, de esta destrucción es similar a la de un país que atraviesa una guerra o catástrofe natural. La sociedad argentina enfrenta entonces, un nuevo trauma social; que si no genera una fuerte reacción por parte de la sociedad civil dejará secuelas permanentes.
La pandemia
El año 2020 va a ser recordado, sin lugar a duda, cómo el año de la pandemia. Si bien el nombre de la enfermedad que se propago por el mundo lleva una referencia al 19; y durante el 2021 se prolongaron las medidas sanitarias, el 2020 fue el año donde mas se transformó nuestra vida cotidiana.
Durante ese año, a una velocidad sin precedentes, se esparció desde Asia hacia el mundo una enfermedad respiratoria a la que se denomino COVID. Pasados seis años, el origen de la enfermedad aun es indeterminado, siendo la principal hipótesis que se trató de zoonosis: una enfermedad originada en animales y luego transferida a humanos.

La enfermedad no era particularmente mortal, si no que tenia un alto nivel de contagiosidad. Con gran velocidad se esparcía por la población, aumentando en gran numero la cantidad de personas que requerían atención médica y saturando los sistemas de salud. Algunas situaciones medicas o biométricas, como la diabetes o la edad avanzada, hacían de determinadas personas individuos particularmente en riesgo.
Todos los Estados del mundo se vieron incapaces de responder a esta situación. Muchos Estados implementaron medidas de aislamiento social, como medida para intentar evitar que el virus se esparza con velocidad en la población. El Estado argentino fue uno de los que tomaron esas medidas, y a la luz de investigaciones publicadas en The Lancet, tuvo un desempeño moderado en el cuidado de su población.
Sin lugar a duda, ese año, fue un año muy duro para la humanidad.
Pasados unos años, podemos reconocer algunas secuelas sociales de la pandemia y el aislamiento social que produjeron cambios en la construcción de sentido y permitieron la llegada al poder de un ser humano con un comportamiento que antaño hubiese sido considerado inaceptable.
Salud mental
Una consecuencia muy presente pero poco difundida del aislamiento social es el profundo deterioro en la salud mental de la población luego de la pandemia. Diversos informes de organismos internacionales señalan un fuerte crecimiento de las afecciones luego del año 2020. A la vez, se especifica que en la población joven, de 18 a 29 años, es en la que se observan mayores consecuencias detectando aumentos significativos de trastornos de ansiedad y depresión.
Resulta ilustrativo ver como la tasa de suicidios en nuestro país mantiene una tendencia creciente desde el 2020; algo que no era así con anterioridad.
Las afecciones de salud mental tienen un padecimiento doble debido a que sus síntomas se asimilan a características de la personalidad y la problemática esta totalmente invisibilizada en el debate público. Una persona que sufre una afección de salud mental es una persona que, en la mayoría de los casos, padece de manera individual, solitaria y en privado.
La elección de Milei como presidente es, entre otras cosas, el reflejo de una sociedad dañada: Un presidente cuyos desordenes psíquicos tienen manifestaciones físicas tan evidentes logra representar de manera efectiva a una sociedad atravesada por el trauma social donde a la vez proliferan las secuelas de la pandemia relacionadas a la salud mental, pero no tienen ningún tipo de representación en el debate público. Por el contrario, debido al feroz ajuste, las instituciones de salud crujen, la pauperización de las condiciones de vida de los médicos se agudiza, la entrega de medicamentos a los sectores vulnerables se detiene y la salud del conjunto de la sociedad se deteriora como si estuviéramos viviendo una nueva catástrofe mundial.
Observar al presidente tocando un violín imaginario en cada entrevista televisiva, su extrema violencia hacia personas que opinan diferente a él, su incapacidad de sostener un relato único y veraz en torno a la cantidad de mascotas que tiene y las constantes metáforas sexuales con alusiones permanentes a la pedofilia en otro tiempo hubiesen sido señales de alerta. Hoy son naturalizadas por una sociedad contenta de tener por presidente a un chivo, que será descartado luego de que todo colapse.
Viejo fobia
Al ser una población de riesgo, los viejos estuvieron en el foco durante la pandemia. El hecho de que la enfermedad era particularmente agresiva a gente de mayor edad hizo que las medidas de prevención sean particularmente estrictas para esta población. Esto devino en el refuerzo de representaciones de la vejez muy agresivas contra la tercera edad. Quien explica bien lo que es el viejismo es Pacho O’Donnell en algunas entrevistas, debido a su flamante militancia.
Las escenas del miércoles pasado del congreso de la nación en la cual policías reprimen violentamente jubilados que reclamaban por la recomposición de su ingreso me producen asco. Testimonios de los jubilados cuentan como acordaron con el jefe del operativo realizar la manifestación sobre la vereda y cruzar la avenida cuando este en rojo realizando un semaforazo. Sin embargo, al comenzar el cruce de calle los viejos que se manifestaban fueron gaseados por los uniformados.
Mas allá de que ver a la policía en el ejercicio de la violencia excita a parte de la población argentina y la represión puede tener motivos publicitarios; la eliminación de los viejos ocupa un papel central en la política libertaria; al ser al mismo tiempo la destrucción de las jubilaciones el elemento central del ajuste fiscal y el fondo de garantía de la ANSES el flamante botín que utiliza el gobierno para capear las tormentas financieras. Mientras el recorte a las jubilaciones representa el 20% del ajuste del gasto publico realizado por el gobierno, los fondos de la ANSES son utilizados para mantener el dólar planchado hasta las elecciones y atenuar el golpe en la bolsa sufrido por el criptogate.
La jubilación mínima para marzo del 2025 va a ser de $279.000, que sumados al bono de $70.000 van a darle un ingreso a la mayor parte de jubilados de $349.000. Con el recorte a la entrega de medicamentos se completa un verdadero plan de exterminio.
Realidad virtual
Una consecuencia de la pandemia muy evidente es el avance de los dispositivos electrónicos como intermediación de los vínculos humanos. Sobre este aspecto sucedieron varios fenómenos en simultaneo que interesa destacar.
En primer lugar, al estar imposibilitados de reunirnos, muchas de las actividades sociales que dependían del encuentro físico pasaron a organizarse en encuentros virtuales. Desde clases de instituciones educativas de todos los niveles, hasta reuniones de amigos. Proliferaron las apps de citas, el sexteo y las relaciones a distancia. La charla y el encuentro personal fue reemplazado, en gran medida, por el contacto a distancia por medios de comunicación digitales o redes sociales. Creció exponencialmente el consumo de bienes por internet y la prestación de servicios digitales para muchas profesiones.
En lo que refiere al consumo de bienes, al tener rendimientos a escala crecientes en mucho mayor medida que los agentes del comercio tradicional, los medios de intercambio digitales tienden a la concentración del capital. La economía de plataformas es, por naturaleza, una economía mas injusta que la tradicional.
Particularmente y de manera contraintuitiva, los vínculos intermediados por dispositivos digitales, según mi opinión, tienden a reforzar la construcción de un sentido conservador con un peso mucho mayor de la moralidad establecida. A modo ilustrativo, en todas las redes sociales la reproducción de imágenes de los genitales de las personas y de los pechos de las mujeres son censuradas con mucha mayor velocidad de lo que son las imágenes de armas, soldados o dispositivos militares. Bajo esta lógica predeterminada de lo que es reproducible y lo que es censurable, las ideas conservadoras y reaccionarias son esparcidas por los dispositivos personales con mucha mayor fluidez.
Por último, durante el aislamiento social se agudizó la diferencia entre la vida real de los habitantes de este país y la reproducción de los modelos estéticamente deseables en el espacio público. Los eslóganes del etilo quédate en casa fueron muy efectivos a la hora de moldear una nueva ética transitoria, el consumo se volcó a los medios digitales, pero eso no representó de manera fiel la vida de los ciudadanos de este país. Mientras la publicidad se volcaba a adaptar el consumo a una sociedad que permanecía en su casa, por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires, como en muchas otras ciudades del país, se lleno de bicicletas que circulaban de acá para allá para satisfacer ese consumo. Esa modalidad de trabajo, como muchas otras, no fue transitoria durante la pandemia; si no que permanece vigente hasta el día de hoy.
Esta conjunción de elementos, posibilitan la aparición de un presidente que construye un avatar de si mismo de manera virtual. Que tiene la capacidad de presentarse como un león y abusa de las imágenes creadas por la inteligencia artificial para mostrarse como algo que no es; y a la vez logra dominar los medios de reproducción y generar contenido maleable y útil para su viralización.
Estado, pandemia y resentimiento
La desilusión provocada por el gobierno de Alberto Fernández al fracasar en la gestión económica, social y su ejercicio de la violencia de genero exacerbó el resentimiento en los sectores antiperonistas clásicos que encontraron entre los reaccionarios, los terraplanistas, los confundidos y los frustrados una alianza posible para llegar al poder.
El año 2020 encontró al Estado argentino quebrado y sumido en una crisis de deuda. Su desempeño durante la pandemia fue dispar. Si bien tuvo logros como las campañas de vacunación o la construcción de hospitales, se consolidaron desigualdades sociales profundizadas por el gobierno anterior. No se recuperó el salario ni se revirtieron las transformaciones sociales propuestas por la gestión del PRO.
Sí, programas como el ATP o el IFE, enseñaron la relevancia del Estado y evidenciaron como, en comparación, los países con estados más fuertes y con la decisión política de hacerlo, tuvieron la capacidad de resguardar mejor a sus poblaciones.
El consenso lógico y responsable luego de la pandemia hubiese sido un acuerdo por parte de la sociedad argentina de fortalecer el Estado y sus instituciones para, en caso de volver a enfrentar una situación similar, poder proteger de manera mas efectiva a la población.
En cambio, la sociedad argentina opto por un personaje muy dañino que llego al poder prometiendo eliminar los impuestos y destruir el Estado.
Como ya me extendí demasiado, dejo tres datos que caracterizan las consecuencias sociales de sus políticas:
1. Se conocieron hace un mes datos sobre mortalidad en Córdoba. La sobremortalidad durante el 2024 creció más de un 10% que el promedio de los últimos cinco años. Uno de los sectores con mayor crecimiento: Mujeres de la tercera edad. Hay que esperar resultados del resto del país.
2. Mucho se debate sobre variables imaginarias de la economía. La economía real de nuestro país está profundamente afectada. El consumo está por el piso: La destrucción del ingreso disponible hace que la sociedad argentina, en este momento este consumiendo la misma cantidad de productos básicos que al momento del aislamiento social.
3. El ataque a los trabajadores del Hospital Garrahan aparece como símbolo de la destrucción del sistema de salud publica.
Ya voy terminando por hoy. Si llegaron con la lectura hasta acá les agradezco de corazón y me atrevo a pedirles que me lo hagan saber. Puede ser con un comentario o respondiendo este correo.
Bonus track: coyuntura.
El mercado rechaza este tipo de cambio: El acuerdo con el FMI se demora y las acciones argentinas no paran de caer. El gobierno compra cantidades récord de divisa, sin embargo, no logra acumular reservas. La gestión económica se ata al mástil del tipo de cambio, sostenido por una superficie cada vez más barrosa. Caputo le ofrece dólar barato a un mercado goloso que parece insaciable. Con la secuencia de las últimas tres semanas, en las cuales el gobierno tuvo que subir la tasa de interés para evitar dos pésimos resultados en licitaciones de deuda consecutivos, comienza a parecer que la cifra que se maneja como posible préstamo del fondo es, incluso, insuficiente. El gobierno afronta soplando, una burbuja financiera que no para de crecer.
Mientras el acuerdo con el fondo no llegue, es menester para el bienestar de la sociedad argentina prenderle velitas a la lira turca.
Ahora sí, hasta aquí llego por hoy. Les mando un abrazo grande y espero que tengan un hermoso fin de semana.
¡Los quiero!